Ecología de Ecosistemas


Los organismos vivos interactúan con cualquier otro elemento en su entorno y determinan toda una gama de procesos y funciones, de los cuales el ser humano y la biodiversidad dependen. Dentro de esta línea de investigación, nuestro equipo divide el abordaje de la ecología en dos tipos de ecosistemas: terrestres y acuáticos.


Ecología de Ecosistemas Terrestres Manejados


Las interacciones entre ecosistemas y la sociedad son inherentemente complejas; el ser humano ha modificado su ambiente para su propio beneficio. La degradación de ecosistemas debido a su mal aprovechamiento tiene impactos directos sobre la sociedad y la biodiversidad. Dentro de esta rama de investigación, buscamos describir las interacciones que hay entre la naturaleza y sociedad, investigar los posibles impactos del aprovechamiento, y tratar de considerarlos en la gestión de los recursos para maximizar los beneficios y favorecer la conservación de ecosistemas. El grupo de investigación ha profundizado en tres tipos de sistemas:







Sistemas Forestales


Un objetivo importante en el manejo forestal es el crecimiento y rendimiento arbóreo y por lo tanto, el suministro de madera que a su vez, es importante pues proporcionan otros servicios ecológicos como la mitigación del clima (captura de carbono) y la importancia de los impactos sobre la biodiversidad (diversidad de especies arbóreas y cantidad de madera muerta). En esta línea de investigación nos basamos en entender cómo el cambio de cobertura y uso del suelo así como las prácticas de manejo forestal modifican la composición, estructura forestal, funciones del suelo y la recuperación de los bosques. Con ayuda de experimentos de campo, laboratorio y simulaciones diseñadas se estima cómo los ecosistemas forestales se ven afectados por el cambio climático, las prácticas de manejo, entre otros.




Sistemas Agrícolas


Los agroecosistemas son la interfaz dinámica donde coinciden dos de las temáticas más importantes para la sustentabilidad global: la conservación de ecosistemas y la provisión de alimento. Hoy en día, la agricultura continúa siendo el mayor conductor de deforestación y pérdida de hábitat en el mundo y al mismo tiempo el 80% de la comida a nivel global se produce en agroecosistemas de pequeña escala. La revolución verde transformó la producción de alimento en un proceso tecnológico basado en la dependencia de fertilizantes y combustibles fósiles. La concepción del alimento como un proceso basado en la organización social colectiva se perdió. De cara a 2030, la nueva agenda de desarrollo sostenible incluye explícitamente al sector académico para atender problemas socio-ecológicos relacionados con la producción, abasto y desperdicio de alimento. Establecer acciones de adaptación a nivel de políticas públicas es un campo de investigación complejo porque cada parcela es distinta, esto ha limitado el análisis y la comparación de resultados.

Evaluar los sistemas socio-ecológicos a través de métodos específicos es indispensable para comprender el rol que cada componente tiene sobre la provisión de contribuciones. En CARSE queremos transformar la heterogeneidad del campo mexicano en su principal fortaleza para visualizarlos como los principales proveedores de servicios y contribuciones para la sociedad. Este reto nos ha llevado a colaborar con otros grupos de UNAM como el Laboratorio Nacional de Ciencias de la sostenibilidad, y entidades privadas como el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT). Estamos desarrollando las primeras investigaciones de diseño de marcos conceptuales y operacionalización de sistemas socio-ecológicos en agroecosistemas de maíz de pequeña escala. Estudiar estos sistemas bajo el marco de SSE nos ayudará a comprender trayectorias de cambio en el paisaje, reconocer estrategias adaptativas para el futuro manejo y retroalimentar de manera directa un programa de política pública que opera en todo el territorio nacional.



Sistemas Pecuarios


La problemática de la ganadería es compleja por su naturaleza multi-escalar, multi-temporal y multi-sectorial, sin embargo, puede ser entendida visualizando integradamente al sector como usuario de recursos naturales, fuente de sustento, motor del crecimiento económico y uno de los grandes responsables de la alteración de los ecosistemas. El ganado tiene impactos negativos en prácticamente todos los aspectos del medio ambiente, incluyendo el cambio del uso del suelo, el agua, la biodiversidad, la degradación edáfica y el cambio climático. La investigación del manejo pecuario en zonas tropicales de países con economías emergentes como México es particularmente relevante, pues en ellas se enfrentan serios problemas de alimentación animal (disponibilidad y calidad del forraje), pasturas degradadas o en proceso de degradación, deforestación, escasez de agua y variabilidad climática. Por su parte, el contexto social no es menos complicado de abordar, en estas regiones las actividades pecuarias son desarrolladas principalmente por familias campesinas que dependen de la cría de animales como fuente inmediata de dinero frente a la estacionalidad de las cosechas y no cuentan con circuitos de comercialización competitivos. En ese sentido, estos productores afrontan el riesgo de sostener prácticas poco productivas en condiciones biofísicas y socioeconómicas extremas, con carencias tecnológicas y falta de programas gubernamentales asertivos, por lo que el tránsito hacia sistemas ganaderos más sostenibles se convierte en un verdadero desafío académico y político.




Ecología de Ecosistemas Acuáticos



Los ecosistemas acuáticos realizan múltiples funciones ambientales que son de primera importancia para el mantenimiento de la biodiversidad y el bienestar humano. Por ejemplo, el ciclaje nutrientes, la regulación de la cantidad y calidad de agua, recarga de acuíferos y mantenimiento de hábitat, entre otros. Actualmente, la presiones ejercidas sobre estos sistemas debido a las actividades antrópicas y mal manejo, amenazan con los beneficios que estos otorgan en conjunto con la gran biodiversidad que albergan. En esta rama, nuestro grupo trabaja en el desarrollo de métodos enfocados al monitoreo, la evaluación de especies con importancia ecológica, la priorización espacial para la conservación y a la valorización de servicios ecosistémicos. Hemos abordado diferentes ambientes como lo son, sistemas lacustres, arrecifales y anquihalinos (cenotes).